miércoles, 31 de enero de 2018

PODREDUMBRE Y MANCHAS DE LAS ORQUÍDEAS


VIRUS

VIRUS

La mayoría de las enfermedades de las orquídeas son consecuencia de deficiencia en las condiciones del cultivo y ello deriva en plantas sometidas a estrés por exceso de luz o de frío. Las condiciones húmedas y frías como las que pueden darse durante el invierno si el sistema de calefacción o el de ventilación es inadecuado o se produce una avería en cualquiera de éstos puede dar lugar a  podredumbre, mohos, manchas y virus.

Virus:
virus
Los virus como casi todas las enfermedades de las orquídeas se deben a una deficiencia en el cultivo, esto es el inicio de una enfermedad vírica. Cuando una planta sufre de estrés por cualquier causa, se debilita. Entonces aparecen puntos, franjas o manchas negras en las hojas. 

En el caso del virus que se muestra en las fotografías no es virulento pero hay otros que sí que lo son y cuando surgen tendremos que destruir las plantas ya que no tienen curación.
Los virus pueden extenderse a plantas sanas y lo hacen a través de plagas succionadoras de savia como las araña roja, pulgones y cochinillas, y también se pueden contaminar mediante las herramientas de corte. Una vez que la planta es infectada con este virus puede crecer y florecer con normalidad pero se debe apartar de las demás plantas para evitar el contagio.       


Manchas:
Durante el invierno con bastante frecuencia pueden aparecer manchas de humedad en las flores. Se producen en particular durante períodos de tiempos húmedos y nublados. En los invernaderos nunca se mojarán las flores para evitar que aparezcan las manchas, se deberá elevar la temperatura y sobre todo ventilaremos el invernadero o la estancia donde estén. Esto se hará de modo regular para que no se estresen las plantas y así evitar esas antiestéticas manchas.


Quemaduras:
Las quemaduras por el sol pueden afectar a todo el follaje de la planta expuesta al sol directo. Se debe tener en cuenta que la mayoría de las orquídeas en su medio ambiente crecen en semisombra. 
Cuando el sol directo a incidido sobre una hoja se puede ver como comienza una zona a blanquear y después se ennegrece, eso se debe porque ha destruido las células de las hojas, después se vuelven marrones y más tarde negras conforme se extiende la infección. 
Normalmente las zonas afectadas se confinan a la hoja expuesta y no invaden toda la planta. En los casos en que resulte afectada la mayor parte del follaje lo mejor es dejar la planta hasta que las hojas afectadas se caigan por efecto natural. Si sólo hubiese unas cuantas hojas afectadas pueden retirarse para mejorar el aspecto de la planta sin llegar a debilitarla.
Cualquier pérdida repentina del follaje en una orquídea perenne es señal de que las condiciones del cultivo no son adecuadas, es la respuesta de la planta y debemos inspeccionar cuidadosamente la planta para descubrir las causas. Éstas pueden ser muy diversas desde un fallo en la calefacción, ventilación o descuido al no cubrir los cristales del invernadero en los días de mucho sol.
                  

Mancha por quemadura

Seudobulbos dañados:
Los seudobulbos pueden verse afectados por manchas acuosas negras que en la mayoría de los casos son debidos a condiciones frías y húmedas durante períodos de tiempo muy prolongados.
Cuando los seudobulbos se llenan de agua es preciso hacer una incisión en ellos para drenarlos y una vez drenados secaremos los agujeros, ésto se hará rellenándolos con canela en polvo, azufre para horticultura o un polvo fungicida. 

Cuando un seudobulbo de repente se parte, las causas puede ser otras, cómo que se han abonado en demasía. A veces pueden crecer sus seudobulbos tan rápido que se partan por los lados. Éste problema lo podemos notar en especies como los lycastes, odontoglosos, angulocastes y algunas encíclicas. 

Lo más importante es evitar infecciones y la podredumbre y ésto se hace manteniendo la herida seca como hemos dicho anteriormente.    








     

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